No cabe duda que para el intérprete de “Piquito de Oro” la impuntualidad es su sello de distinción. El día de ayer llegó una hora más tarde de la pactada, es decir, después de las 18:00 horas, a la explanada de Plaza Sendero.
Sin embargo, las fans esperaban con ansias ver al cantante para que les diera su autógrafo o bien las dejara tomarse la foto del recuerdo. Grandes filas se hacían en el centro de la plaza desde temprana hora.
En punto de las 19:00 horas, por la puerta trasera del escenario, Montero entró de prisa porque se había retrasado y en cuanto lo entrevistamos respondió brevemente sobre su regreso a Coahuila.
“Estoy muy contento y agradecido de estar en mi tierra, el año pasado estuve aquí en la feria y me da mucho estar nuevamente aquí”, reveló el cantante.
Tras su participación en la telenovela de éxito “Fuego en la Sangre”, al parecer el cantante ha estado en descanso y un poco alejado de la pantalla chica. Pero ya está trabajando y en busca de proyectos para regresar a la televisión.
“Estoy preparando un DVD de un concierto especial que se titula ‘En Vivo desde el Teatro de la Ciudad”, añadió el lagunero.
Una convivencia rápida
Al término de la breve entrevista, de inmediato Pablo subió al escenario causando gran alboroto entre los casi 400 seguidores que esperaban poder cruzar un palabra con él y expresarle su admiración.
Saludó amablemente a los saltillenses, les agradeció su presencia y mencionó estar muy contento de regresar a Saltillo para convivir con todos. Mientras él hablaba sus admiradoras le gritaban piropos.
De pronto las mujeres le decían a gritos “vuelta, vuelta”, a lo que sin pensar dos veces el coqueto cantante accedió para complacer a sus fans. Cabe mencionar que quienes acudieron a la firma de autógrafos eran en su mayoría mujeres de todas las edades.
“Que levanten las manos todas las mujeres, arriba las manos, las abuelitas, las mamás y las mamacitas”, dijo el cantante. Así, minutos antes de iniciar con la firma, cantó junto con sus seguidoras “Piquito de Oro”.
Ni lentas ni perezosas, las niñas, jóvenes y señoras pasaron una a una a recibir el autógrafo, tomarse la foto con él, le robaron un abrazo y desde luego un beso en la mejilla. Emocionadas, todas bajaban de la explanada, satisfechas por el logro de haber tenido de cerca a Pablo Montero, quien por casi hora y media regaló un poco de su adorado tiempo para convivir con sus fans.