de univision.com
Pablo Montero sigue arriba de los escenarios, refugiándose por la pena que le embarga la muerte de su hermano, Oliver Hernández. Hace unas semanas ofreció un concierto en el Zócalo capitalino. Ahí, el interpreté de Piquito de oro cantó sus mejores temas; sin embargo, no dejó de mostrar el gran vacío y dolor que siente al recordar a quien siempre lo acompañaba a sus presentaciones y le dedicó este show. El cantante nos recibió y nos permitió hacerle unas preguntas.
Pablo, te agradecemos mucho esta entrevista. Ya se cumplió un mes de la muerte de tu hermano, ¿cómo han sido para ustedes estos días?
Muy largos y la verdad, nos la pasamos recordando muchas cosas de él, detalles que pasan por mi cabeza y por la de mi familia. Tenemos en la mente todos los momentos que vivimos desde que llegó a la casa cuando yo tenía tres años. Ha sido toda una vida al lado de él.
Le dedicaste tu concierto en el Zócalo del DF...
Sí, ya había estado aquí con él en otros eventos. Fue un momento muy emocionante, porque se presentó el proyecto como embajador de la música mexicana, como ‘la voz del Bicentenario’, y eso es muy importante para mí. Oliver... ya no está, pero sé que estuvo contento porque volví a presentarme, a cantar.
Oliver era como tu ángel de la guarda, se preocupaba de que todo estuviera perfecto en tus shows...
Ha sido muy difícil, con altibajos y momentos duros. No he querido perder la fuerza porque si me caigo, puede ser peligroso. Ahora estoy a cargo de mi familia y viendo por mis sobrinas (las hijas de Oliver: Carolina y Ximena, producto de su matrimonio con Cynthia Zaldívar, de quien se divorció en 2002); cuando necesiten algo lo van a tener de mi parte, de mi madre y de mis hermanos.
Ante una pérdida tan difícil, ¿de dónde obtienes esas ganas de salir adelante?
Lo más importante es que mi familia y yo hemos estado unidos. Eso nos ha ayudado, porque hacemos oración, platicamos y nos damos fuerza, pero más a mi madre, que lo necesita.
A pesar de que era el más chico de los cinco hermanos, era tu brazo derecho...
Estuvo en todos los momentos importantes de mi carrera, en lo de China, en la Casa Blanca, y el luto lo he vivido yo mismo, pero acompañado de mi familia. Sin embargo, hay momentos en que estoy solo y le platico; eso me ha ayudado a desahogarme, más cuando estoy en el rancho.
Le has reprochado a Dios por qué se lo llevó a su lado?
No, porque si Él lo quiso así es porque lo necesita para algo importante. Creo que Nuestro Señor tiene una misión para él, porque su forma de ser era especial. Seguramente es uno de sus soldados.
¿Qué sientes cuando ves una foto de Oliver?
Se me desgarra el alma, pero me vienen recuerdos bonitos. Era un niño muy feliz, sonriente, alegre. Cuando íbamos a la escuela y salíamos juntos, nos veníamos caminando un tramo largo todos los días, lo disfrutábamos al máximo. Esos momentos eran hermosos.
¿Cómo te decía de cariño?
Oscar (su verdadero nombre) o Tosco. Nunca me quedé con ganas de decirle algo. Siempre le expresé cuánto lo amaba y aunque llegabamos a tener peleas, podía más nuestro amor de hermanos.
¿En qué momento han llegado a sentir más tristeza?
Mi mamá y yo nos levantábamos a las 6 de la mañana y sentíamos la ausencia, el vacío tan grande. Esos días fueron terribles. La gente dice que conforme pase el tiempo nos va a pesar la ausencia. No puedo quebrarme, tengo que estar fuerte, y es difícil.
¿Todavía recuerdas la última plática que tuviste con él?
Claro, y nunca se me va a olvidar porque fue muy bonita. Estábamos en Puebla y era una conversación fuerte. Me dijo que se estaba pasando el tiempo y que necesitábamos tener base en Torreón para estar con la familia, porque teníamos que disfrutar esos momentos. También me comentó que debíamos tomar las cosas bien para madurar, echarle muchas ganas y estar unidos todos. Dijo que se sentía muy orgulloso de mí (se le quiebra la voz), que yo podía hacer todo lo que quisiera, siempre y cuando estuviera bien, ya fuera como cantante o como actor. Me dio la fuerza para sentir que podía hacer las cosas bien cuando decides ser feliz.
¿A tu mami cómo la ves?
Muy cerca de Dios y de sus hijos. Cuando platicamos, todos tenemos un momento de desahogo y empezamos a llorar.
¿Los has soñado?
No, quien sí lo soñó fue mi mamá; me dijo que fue algo hermoso. Yo he platicado con él y he sentido su energía, por eso hicimos un centro de acopio, para que llevaran medicinas, agua y comida enlatada para la gente de Acuña y Piedras Negras, Coahuila, que están devastados por el huracán Alex. Oliver nació ahí y siempre estuvo orgulloso de ese lugar, le gustaba ayudar y me ha mandado a que siga su ejemplo.
¿Has pensado contactarlo por un médium?
No me gustaría. Mi hermano ya no está aquí, sino con Dios, concluyó el intérprete.