Pablo Montero ya ha completado con éxito su programa de rehabilitación contra las drogas (aunque no contra su voz que es peor que mis dolores menstruales).
Fue la sentencia que una juez de Miami dictó hace un tiempo para no enviarlo a la cárcel tras ser arrestado en 2007 por manejar como un psicópata de la carretera y, hay que ser nefasto, con una bolsa de cocaína como acompañante de viaje.
Yo, La Pitón (porque La Víbora está otra vez de vacaciones) estoy aquí bien sentada, a la espera de que Pablito vuelva a ser arrestado y enviado entre rejas por consumir el polvo blanco y tragarse unas copas de más.
Porque no sería la primera o última vez que este simulacro de cantante recae en su afición, ay, perdón, quería decir adicción.
Durante el programa de rehabilitación, lo hizo dos veces, y la última causó su encarcelamiento durante 48 horas en las que seguro, Pablete se lo pasó a lo grande en las duchas de la prisión (donde tengo entendido que el jabón siempre se cae al suelo en el momento más inoportuno...).
Resulta que la jueza encargada del caso, Deborah-White Labora, hasta llegó a felicitarlo por superar el programa... como si fuera un niñato al que darle una palmadita en la espalda cada vez que mete la pezuña de burro.
Ahora ya puede regresar a los brazos de esa modelucha de Sandra Vidal, que se cree actriz sólo porque le ponen una cámara frente a sus largas narices. Más o menos como él.
Una semana después de que se diera a conocer que Chris Brown había sido arrestado por presuntamente golpear a su novia Rihanna, el presunto abusador de mujeres por fin ha dicho algo acerca de lo que pasó